A pesar de las ventajas y utilidad que supone la impermeabilización de cubiertas, pocas personas conocen los detalles de este procedimiento o los tipos que existen. Por esta razón, en este artículo te vamos a contar todo lo que necesitas para entender en qué consiste dicha impermeabilización y si es conveniente realizarla o no.
Impermeabilización de cubiertas en Jaén, los mejores materiales
La principal amenaza que recae sobre las cubiertas son las filtraciones. Sus consecuencias suelen resultar insidiosas, ya que los síntomas pueden tardar en manifestarse y, en muchas ocasiones, no se actúa sobre la cubierta hasta que se detectan estas filtraciones en las viviendas inferiores, con la consiguiente degradación que esta situación de deterioro ha provocado de forma invisible durante todo ese tiempo.
La impermeabilización de cubiertas protege a los edificios de las precipitaciones y otros fenómenos meteorológicos, por ello debe reunir las siguientes características:
Excelente dureza y resistencia frente a la exposición y los elementos exteriores.
Buena adherencia sobre la superficie que favorezca su duración en el tiempo.
Fuertes niveles de elasticidad para soportar los cambios de temperatura y la dilatación de los materiales.
Propiedades antimoho que eviten la aparición de manchas y humedades.
Alto poder de cubrición para aquellas superficies que no sean completamente planas.
Resistencia a la saponificación para evitar una mala reacción entre la pintura y el soporte.
Transitabilidad para aquellas superficies que necesiten ser transitadas por peatones.
Sistemas utilizados para la impermeabilización de cubiertas existentes
Existen muchos sistemas de impermeabilización, pero conviene conocer los aspectos básicos de los más extendidos para saber cuál se ajusta más para reparar nuestra cubierta. Así pues, estos son los tipos más comunes:
Caucho clorado (clorocaucho): es una solución rápida y fácil de aplicar in-situ, a la vez que muy económica. No obstante, el problema es que se trata de una solución de corta duración que sólo debería usarse en casos de urgencia.
Membranas líquidas con base poliuretano: se utilizan para la impermeabilización de cubiertas mediante la aplicación de un material líquido que, al secarse, forma una membrana de cierto espesor que es la capa de impermeabilización. Esta solución es resistente a las inclemencias climáticas y a los rayos UVA, además de ofrecer una continuidad en superficie. El inconveniente es que, si no es aplicado correctamente por profesionales, la membrana puede no adquirir el espesor mínimo necesario para la impermeabilización.
Láminas bituminosas: es un sistema tradicional muy eficaz, ya que consigue cubrir y adaptarse a diferentes situaciones. Las más conocidas son las telas asfálticas. Sin embargo, su colocación debe ser realizada siempre por profesionales, ya que requiere de la utilización de técnicas muy específicas para garantizar su correcta ejecución. Cualquier pequeño error trae consigo la no impermeabilización de la cubierta. No hay que olvidar que se trata de una impermeabilización que requiere de protección posterior, ya que los rayos ultravioleta merman sus características.
EPDM (Etileno Propileno Dieno Monómero): es un sistema que resiste muy bien a la intemperie sin necesidad de protección. Además, consigue adaptarse a diferentes tamaños de forma fácil reduciendo de esta manera la cantidad de juntas, pero es muy importante que esté colocado por profesionales para tener la garantía de que la actuación ha sido un éxito.
Dependiendo de las condiciones del lugar que ha de impermeabilizarse, un sistema será más adecuado o menos.
Impermeabilización de cubiertas inclinadas. En las cubiertas inclinadas, como por ejemplo los tejados, lo ideal es colocar una lámina o placa asfáltica entre las tejas y el aislamiento de la casa. Esto permitirá tener un sistema estanco que no se desprenda y evitar que el agua de la lluvia se filtre creando goteras y humedades.
Impermeabilización de cubiertas planas. No tienen tanto riesgo de que el material se desprenda o se caiga por la inclinación. Por ello, podrá usarse sin problema cualquiera de los métodos explicados anteriormente. Lo único que hay que tener en cuenta es si llueve mucho o poco, si el lugar va a ser transitado y el dinero que se quiera invertir en la impermeabilización.
Impermeabilización de terrazas o azoteas transitables. Para estos lugares lo ideal es usar una membrana de poliuretano o una lámina EPDM. Gracias a su elasticidad, amortiguará mejor los golpes propios del tránsito de personas y no habrá problemas por las juntas. Además es más resistente.
Impermeabilización de cubiertas no transitables. Se podrá optar por métodos más económicos como el caucho clorado o las láminas bituminosas. Ya que la superficie no se verá expuesta a pesos ni a golpes, se podrá ahorrar algo de dinero en la impermeabilización.
Como ves, la cantidad de productos impermeabilizantes, los métodos y las aplicaciones disponibles son muchas. Si tienes dudas, en El Quico te ayudamos a elegir el mejor material de aislamiento e impermeabilización para tu cubierta. Solo tienes que preguntarnos.
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